24 octubre 2013

Capítulo 5: Algo de composición - Parte 2

En esta nueva parte del capítulo de composición veremos las mal llamadas reglas fotográficas, yo personalmente prefiero llamarlas pautas, guias, para ayudarnos a componer esa imagen.

Una cosa que hay que tener muy clara es no confundir las "reglas" en composición con las técnicas fotográficas, ya que estas últimas nos dicen como saldría una foto bien expuesta en ciertas condiciones, o por ejemplo la ley de la reciprocidad, que nos dice que valores son los correctos si cambiamos uno de los principales para mantener la exposición correcta.

Ojo, con decir que no hay reglas en fotografía no quiero decir que no existan pautas e incluso en algunos casos si no hacemos o intentamos hacer uso de esas pautas puede que la imagen que nos quede sea algo, ejem, ... difícil de ver.

Pues nada, vamos a entrar en algo de materia para que conozcáis las "reglas" fotográficas.

El espacio negativo

Algo que tenemos que tener muy claro en fotografía, y que debemos saber usar a la perfección es el espacio negativo, pero ¿Qué es el espacio negativo?

En fotografía, a menudo las cosas que no enfocamos resultan más interesantes que aquello en lo que centramos nuestra atención. Esto es conocido con el término de espacio negativo.

Toda composición fotográfica puede ser separada en tres elementos: el fotograma o cuadro, el espacio positivo y el espacio negativo.
  • El fotograma o cuadro es el área que delimita el tamaño de la fotografía,
  • El espacio positivo es el sujeto enfocado de nuestra fotografía, aquello que en realidad hemos fotografiado.
  • El espacio negativo es el espacio vacío que rodea al sujeto
¿Cómo podemos aprovechar el espacio negativo en nuestras fotografías? Ante todo debemos tener en mente que el espacio negativo es un elemento en la composición que nos ayuda a reforzar el tema de una fotografía, y por lo tanto, nos ayuda a obtener fotos estéticamente más bellas y con una composición más equilibrada, sin elementos distractores.

De este modo obligamos al espectador a centrar su interés en el sujeto de nuestra fotografía de manera similar que si hubiésemos llenado el fotograma con el sujeto empleando el zoom.

Generalmente cuando realizamos una fotografía prestamos atención a la apertura, la velocidad de obturación, la iluminación y el enfoque, y aunque nos demos cuenta o no, también a los espacios negativos. El manejo del espacio negativo a nuestro favor nos proporcionará sin lugar a dudas mejores fotografías. Para dominar completamente esta técnica compositiva de nuestras fotografías es imperante observar con detenimiento los elementos que se encuentran en el fondo.

Todo aquellos que realce el dramatismo o la belleza de la foto debe entrar en el cuadro. El espacio negativo tiene una relación directa con la silueta del sujeto y en muchos casos esto cambia rápidamente.

La mejor forma de aprovechar el espacio negativo es combinarlo con la regla de los tercios, recordando que fijándonos en lo que no vemos nos ayuda a enfocarnos en lo que si vemos, a fin de cuentas el espacio negativo no es espacio vacío, es arte.

Simetría dinámica, proporción aurea y regla de los tercios

En este caso decir que no hay una regla de los tercios, ya que de haberla tendríamos siempre que colocar los sujetos de nuestras fotos en la misma posición siempre, y no es así.

Esta pautas nos van a decir donde se podría colocar los sujetos para dar una mayor armonía a nuestra imagen.

Como estos apartados son mas que densos para explicarlos aquí os voy a remitir a mi blog, La Cámara Oscura, para que los podáis conocer mas detenidamente:
Equilibrio asimétrico

El equilibrio asimétrico consiste en la disposición armoniosa de los elementos que conforman la imagen, en donde el peso de cada uno de ellos complementa el peso del otro. A esto se le llama “compensación de masas”. Por ejemplo, si el centro de atención está a uno de los lados de la imagen, el otro lado debe “compensar” en peso visual con otro elemento, pero ubicado fuera de la línea del horizonte de nuestro modelo o elemento principal.

Este tipo de imágenes pueden evocar más fácilmente movimiento y dinamismo.

Identifica el centro de interés

Cada fotografía tiene (o debería tener) un centro de interés. ¿De qué es la foto? ¿Es una fotografía de tu novia? ¿Es una fotografía de las pirámides de Egipto? Debería ser obvio para cualquiera que mire una fotografía saber de qué es la foto. Es lo que se denomina el centro de interés.

Aunque se denomine centro, el centro de interés no tiene que ser necesariamente el objeto que esté en el centro de la foto ni ser el objeto que ocupa la mayor parte de la imagen.

Es la primera regla de una buena composición, ya que es la más importante. Simplemente decide antes de disparar el motivo sobre el que quieres tomar la fotografía. Todo lo que hay que hacer a partir de ahí es enfocar el elemento sobre el que queremos centrar el interés.

Regla de la mirada

La regla de la mirada se aplica en fotografías en las que el motivo principal es una persona o animal.

La ley de la mirada fija la posición en la que debe encontrarse el objeto en función de la dirección en la que mira. Con este sencillo truco tus fotografías de retratos ganarán fuerza.

Esta sencilla regla afirma que toda persona o animal dentro de la foto debe de tener más espacio libre hacia su parte delantera que lo que ocupa su parte trasera, al margen de la amplitud de lo abarcado en el encuadre de la toma.

Otra cosa muy importante es en enfocar a los ojos, siempre que el motivo principal sea esa persona o animal. En ese aspecto es imprescindible hacerlo, ya que nuestra mirada irá dirigida en una fotografía al punto donde mas foto tenga.

Rellena el encuadre (Fill the frame)

Esta regla puede parecer bastante obvia, pero lo cierto es que muchas veces fallamos al aplicarla. Si queremos contar algo en una foto, ocupemos la mayor parte con ese "algo", asegurándonos que se convierte de este modo en el centro de atención. Además, de este modo eliminamos posibles elementos que resten atención.

Es un fallo demasiado común el querer sacar demasiadas cosas en una única foto. Al final, lo que conseguimos es que no quede demasiado claro qué es lo que queríamos enseñar. Ante la duda de si algo debe salir o no en la foto, quítalo.
Apóyate en las líneas

Las líneas son un elemento de importancia vital en las artes visuales. Las líneas nos aportan formas y contornos. Con las líneas dirigimos la mirada del espectador de una parte de la foto a otra.

Cuando vayas avanzando en el mundo de la fotografía podrás comprobar cómo las líneas son uno de los elementos más eficaces a la hora de dirigir la mirada de quien contempla nuestras fotos hacia donde queremos que mire. Las líneas horizontales, verticales y diagonales son elementos compositivos que aportan significado a las imágenes.

Un tipo especial de líneas son las líneas convergentes. Son las líneas paralelas que, por el efecto de la distancia, acaban convergiendo en un mismo punto.
Trabaja el flujo

Después de las líneas, podemos tratar el flujo. El flujo es el modo en el que la mirada del espectador se desplaza de una parte de la fotografía a otra. Una manera de definir el flujo de una fotografía es mediante el uso de líneas. Pueden ser horizontales, verticales, diagonales, convergentes o divergentes.

A veces el flujo creado por las líneas es nítido y claro, como los laterales de un edificio que convergen hacia el cielo), o pueden ser menos obvias. Sin embargo, la mirada del espectador debería ser capaz de recorrer los elementos de una parte a otra de la imagen.

El flujo crea la ilusión de movimiento (o ausencia de movimiento si se desea). Las líneas diagonales se consideran generalmente más "dinámicas", mientras que las líneas horizontales y verticales se consideran más "estáticas". Un equilibrio cuidadoso de elementos estáticos y dinámicos dará un sentido global de movimiento a tus fotografías.
Juega con la dirección

Dirección es similar al flujo. También crea la ilusión de movimiento. Si hay algo en la fotografía que parezca estar en movimiento, tiene una dirección en la que se mueve.

Un ejemplo de esto son las luces de peatones de un semáforo. Cuando está en rojo para los peatones, la figura representa un peatón inmóvil, con las piernas juntas y los brazos bajados. Visualmente, no tiene ninguna apariencia de estar en movimiento. Sin embargo, la figura del peatón en verde que permite cruzar tiene una dirección en la cual se está moviendo. La dirección en fotografía se puede cerrar de muchas maneras.

Una figura a punto de cruzar una calle puede transmitir movimiento aunque la veamos estática y no se muevan sus brazos y sus pies, porque podemos imaginarla un segundo después cruzando la calle.

Del mismo modo, un coche que aparece cortado en el lado izquierdo de una fotografía en la que solo se ve su parte delantera, podemos imaginarlo un segundo después al lado derecho de la foto.
Los elementos repetidos

La repetición de algún elemento (unos globos, unos pájaros), dan un sentido de relación de distintas partes de una imagen.

Por ejemplo, una bandada de pájaros pueden estar moviéndose en grupo por el aire, definiendo formas interesantes en el cielo y añadiendo información sobre la dirección de la fotografía.

En algunas ocasiones puede aportar factores psicológicos, como el sentido de la unión y el compañerismo.

Los colores siempre dicen algo
Existen dos tipos de colores, los cálidos y los fríos.
  • Los rojos, naranjas y amarillos forman parte de la gama de colores cálidos.
  • Los azules, verdes y violetas forman parte de la banda de colores fríos.  
Existen muchos elementos psicológicos ligados a los colores. Por poner un ejemplo, los azules se consideran colores tranquilos, mientras que lo rojos son más temperamentales. Existe mucha literatura al respecto de la psicología del color, por lo simplemente resumiremos que el color tiene una importancia determinante en la composición.

En materia de colores hay que prestar atención también al contraste. El contraste se define como la diferencia de luminosidad entre las partes más claras y más oscuras de nuestra foto.
El interés de los grupos de tres

Parece existir una percepción especial de los números impares en fotografía, y en especial de los grupos de tres elementos.

Un único elemento puede transmitir soledad o aislamiento, con dos elementos una foto puede quedar demasiado bien equilibrada y estática, y cuatro elementos pueden resultar demasiados para distribuir.

Por algún motivo que no se explicar, a las personas nos gusta el número 3. En fotografía suele funcionar la agrupación de tres elementos como centro de interés.
  
Seguir el movimiento

Esta regla habla de lo que está ocurriendo en la imagen. Por ejemplo si haces la foto de alguien corriendo, puedes dejar espacio delante de él, así parece que la escena tiene una continuación.

Cuando hagas un retrato de alguien puedes colocar espacio delante de sus ojos relajando su mirada y dándole continuidad.

Patrones y simetrías

Nuestro cerebro está programado para percibir patrones, así es como funciona. De modo que si puedes captarlos con la cámara seguro que te saldrán fotografías muy agradables de ver.
 
Figura y fondo

Esto es clave en la composición, debes saber exactamente cual es el objeto principal de la fotografía y resaltarlo sobre el fondo. Si no destacas la figura principal diluirás la información por toda la foto y el espectador no sabrá que mira

Peso en la imagen

Se refiere a la tensión visual que provocan los elementos que conforman la imagen según su distribución. En esto influyen color y forma, así cómo también la luminosidad y el enfoque.

El equilibrio visual

El equilibrio visual es buscar la armonía estética a través del orden de los elementos que componen la imagen.

Trazando una línea imaginaria justo a la mitad de la imagen, es que podemos dividir el equilibrio en dos tipos: simétrico y asimétrico.
 
La regla del horizonte

La imagen se divide horizontalmente en tres partes iguales. Estas líneas divisorias son las que debemos considerar al encuadrar una fotografía, colocando la línea del horizonte justo en una de éstas dos guías.

Además, usando esta regla evitamos que el horizonte quede situado justo al centro y nos permite darle mayor protagonismo al cielo (sol, nubes, etc) a o al suelo (árboles, montañas, casas, etc).

Una buena imagen es como escuchar una buena sinfonía. Absolutamente todo lo que vemos en ella, está “sonando” en mayor o menor medida para lograr armonía. Luego de que tome una fotografía, mírela detenidamente. Piense, si es que le gusta, qué es lo que le gusta. Lo mismo debe hacer cuando una imagen le desagrada.

Ni que decir tiene que, salvo que queramos que la imagen esté torcida aposta el horizonte ha de estar recto.


Como os he comentado antes esto son pautas, guías, un apoyo para componer vuestra imagen, no algo que tengáis que hacer a pies juntillas en cada imagen.

Tened muy en cuenta que la foto la hacéis vosotros, no la hace la cámara ni nadie mas, si todos hiciéramos la misma foto al final esto sería una auténtica monotonía.

Y de igual manera que vosotros hacéis la foto, es el espectador quien le da sentido, por eso es muy importante mostrar las imágenes apropiadas al público apropiado, como os dije en el primer apartado de este capítulo, de nada nos sirve presentar un estilo gótico a un grupo de personas mas sencilla ya que seguro que ese estilo fotográfico no les gustará.

Cuando lleguemos al apartado de composición pictórica os enseñaré cuales son las palabras que componen una imagen y como las podemos colocar en el encuadre para formar nuestro mensaje, ya os adelanté que dependiendo de quien lea esa imagen le dará un significado u otro, por ejemplo si son occidentales u orientales, debido a la forma en que escriben y leen, ya que esa imagen la leerán de la misma forma.

Siento todo este "royo" pero ya os comenté que este capítulo iba a ser algo denso, pero no por ello creo que sea aburrido.

En el próximo capítulo nos vamos a centrar en uno de los lenguajes que hay en fotografía, el lenguaje fotográfico.

¡Hasta la próxima!

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